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¿Sabes cómo distinguir un buen vino?
May 21, 2021

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wineblog

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vivir espacio natural

Ahora que eres propietario de tu propio viñedo, produces tu vino, de forma totalmente personalizada y, en definitiva, estás inmerso en el mundo de la enología, debes ser un experto catador que sepa reconocer un vino bueno de uno que no lo es tanto. Un aprendizaje que no es sencillo, pero existen unas cuantas claves que te ayudan a dilucidar si te están ofreciendo una buena referencia.

En primer lugar, un buen vino es aquel que es equitativo en sus cuatro partes esenciales. Estas son: dulzor, acidez, tanino y alcohol. La clave reside en que ninguna sobresalga por encima de las otras tres. En otras palabras, si te encuentras un tanino agresivo, un dulzor inadecuado, una acidez exagerada o un excesivo predominio de alcohol, ese vino seguramente no sea de buena calidad. Otro truco para distinguir un vino equitativo o equilibrado es que acompañe bien a casi todas las comidas.

El término longitud define la tercera forma de saber cómo es un vino. Cuanto más largo es el paso en boca, el vino es mejor, pero si es corto significará que estamos ante un vino más sencillo o un vino joven. Esta característica hace referencia al tiempo de permanencia del sabor en boca, un vino de buena longitud, o largo, es el que imprime todo su sabor en la lengua y cavidad bucal, es intenso y su sabor perdura después de haberlo tragado, lo que es sinónimo de calidad.

¿De qué más formas sé si el vino que me ofrecen es bueno?

 

Los sentidos habituales serán tus mejores aliados para estas otras formas de descubrir si el vino que tienes delante es de calidad o no.

 

La limpidez

 

La limpidez es importante para distinguir la referencia: debe ser cristalino. Si el vino que te muestran está turbio, es sinónimo de que no está en su mejor momento. A su vez, si el vino es blanco va a oscurecerse con el tiempo y el tinto será más claro. Ojo con estos detalles que te pueden ayudar en más de una ocasión.

 

El sabor

 

El sabor que debemos detectar es básico y esencial: a uva. El vino procede de esta fruta, aunque luego haya sido sometido a un proceso de fermentación. 

 

Dicho proceso hace que conste de múltiples compuestos y como tal contenga diversos y pequeños sabores. Desde un punto de vista organoléptico, el vino tiene más de 800 compuestos diferentes y volátiles. Pero, en definitiva, si el sabor es a la uva, es un buen vino natural y menos maquillado.

 

El olfato

 

Sobre el olfato, el aroma de un buen vino nunca debe sugerir olores mohosos o rancios. Sino que deben notarse matices frutales, florales, minerales, terrosos, etc. nada más servir el vino en la copa.

Como punto final, un buen vino debe perdurar tanto en nuestro olfato como en nuestra boca.

Ahora ya sabes en qué te tienes que fijar cuando te ofrezcan un buen vino y quieras comprobar por ti mismo si dicha afirmación es cierta o no. Confía en tus sentidos, tu expertise adquirido gracias a tu propia cosecha y a The Wine & Country Club.