España puede presumir, y bien alto, de ser uno de los referentes mundiales en la excelencia de la producción de vino.
No solo por el amor patrio, sino que las cifras avalan dichas afirmaciones. Dentro de la geografía nacional, además, existen ciertas regiones que sobresalen por registrar las primeras plantaciones, por contar con numerosos premios, por ser áreas con las mejores denominaciones de origen, si algo presentamos es experiencia y avales de calidad de los vinos elaborados aquí.
Pero vayamos unos pasos atrás, a la llegada de esta tradicional cultura a nuestro país a través de los fenicios el 3.000 a.C.
Sin embargo, los primeros cultivos datan del 1.100 a.C. en la zona de lo que hoy es Cádiz, lo que los sitúa muy cerca de The Wine & Country Club (Ronda, Málaga). De esta forma se muestra, una vez más, que tanto tierras gaditanas como malagueñas cuentan a sus espaldas con una historia más que reseñable en la fabricación de vino.
Desde entonces, visigodos, árabes y sobre todo los cristianos tras la Reconquista, impulsaron el vino con origen español más allá de las fronteras propias instaurando el concepto de exportación. El camino estaba abierto, ya solo fue obra de recorrerlo por las manos expertas que siempre han protagonizado la cultura del vino en España.
Las cifras que enorgullecen al sector del vino
Si los vinos españoles son mundialmente conocidos y reconocidos por diferentes distinciones internacionales, las cifras que aporta el sector a través de la FEV (Federación Española del Vino) constatan los hechos.
España ocupa el tercer puesto en el ranking mundial de productores de vino. El año pasado se registraron 37,3 millones de hectolitros, pero la cantidad media anual de producción de vino y mosto suele estar entre los 40 y 42 millones de hectolitros.
En lo que sí se desmarca el vino español en primera posición es en ser el primer viñedo del mundo en cuanto a espacio: en total 949.565 hectáreas de viñedo (el 13 % del total mundial).
El sector cuenta con la medalla de plata en cuanto a volumen exportado se refiere. Con más de 2012 millones de litros vendidos al extranjero en 2020, el valor de dicha exportación asciende a 2616 millones de euros, lo que convierte a España en el tercer país del mundo más exportador de vino por valor. Este carácter internacional también viene marcado por las cerca de 3.075 bodegas que son exportadoras (datos de 2018) a 189 países de todo el mundo.
Pero el valor que aporta el vino a la economía nacional también se refleja en la facturación total de las bodegas que asciende (de media) a 5.381 millones de euros al año y la actividad de la cadena de valor vitivinícola supone el 2,2 % del Valor Añadido Bruto. Asimismo, es un gran foco de atracción turística, cerca de tres millones de personas visitan bodegas y museos nacionales cada año, lo que se traduce en un gasto cercano a 80 millones de euros anuales.
Otro punto fuerte que hace sobresalir al sector vitivinícola es el ecologismo. En la actualidad hay más de 121.200 hectáreas que producen vino bajo una corriente sostenible y ecológica y dan más de 400 mil toneladas de uva de vinificación.
Por último, las uvas que más nos diferencian son airén, tempranillo, bobal y garnacha tinta.
Definitivamente nos encontramos en el país del vino por excelencia, más cuando la antigüedad y buena salud del sector así lo confirman. Como era de esperar, habida cuenta de la calidad de las referencias españolas, estas copan las bodegas nacionales e internacionales. En The Wine & Country Club lo sabemos, por eso apostamos por esa cultura arraigada, esa pasión vitivinícola que subyace en nuestro equipo enológico. Aquí encontrarás una de las cunas nacionales que más luchan por la conservación de una uva centenaria y la contribución a un sector tan rico como vibrante.