No solo de grandes ciudades como París o Roma se nutre la belleza de Europa. Viajar por sus pueblos más recónditos también supone todo un descubrimiento. Además, ¿quién no prefiere disfrutar de la tranquilidad de un pueblo en lugar del estrés de una gran ciudad?
Otras ventajas que proporcionan los pueblos más bonitos de Europa son la facilidad de desplazamientos, no te hará falta el coche, incluso podrás visitarlos cómodamente andando o en bicicleta; autenticidad, lo que hay es lo que ha habido siempre sin artificios; tradición, en los pueblos es donde se localiza la cultura y la gastronomía más auténticas y naturales; y siempre son los mejores nexos de unión con la naturaleza. A todos los niveles, lo que implica que permiten volver a apreciar las estrellas de noche, dejando atrás la contaminación lumínica.
En este ranking, elaborado por la revista especializada en lugares únicos, Traveler, se reseñan pueblecitos encantadores con menos habitantes que viajeros haciendo cola para acceder al Coliseo de Roma un día cualquiera.
Ronda entre los pueblos más bonitos de Europa
Entre el listado de 25 enclaves mágicos europeos, se encuentran Ronda y sus casi 34.000 habitantes. Andalucía siempre destaca por sus pueblos blancos en cuanto a esta tipología de belleza y encanto. Pero Andalucía va más allá y en ella se localiza un punto de referencia en el interior de la provincia de Málaga que ofrece mucho más entre sus calles. Hablamos de Ronda.
Ronda no es solo su impresionante Puente Nuevo, la mayor atracción de la localidad. Ronda también es vino y gastronomía, rutas por la Sierra, paseos a caballo, deportes de riesgo y también golf y vela a muy poca distancia. Los amantes de la velocidad podrán acudir a Ascari y los del arte recorrer sus 5 museos.
Por algo Ronda enamoró tanto a Hemingway como a Lorca, la tradición cultural impulsó una de las familias taurinas más destacadas de España y la ciudad tiene dos estrellas Michelin gracias a su reconocido chef Benito Gómez en su templo Bardal.
Otra razón más por la que destaca Ronda: The Wine & Country Club
En este pueblo singular, de los más bonitos de Europa, en sus afueras se localiza The Wine & Country Club. Un proyecto único al sur del continente que alberga unas exclusivas residencias marcadas por el vino. La razón, todas cuentan con extensas hectáreas de viñedo propio en el que se elabora vino al gusto personal de cada propietario. Un nuevo modo de vida tranquilo, rodeado de naturaleza y buena gastronomía son las claves de contar con una vivienda aquí.
Establecer la residencia permanente, así como disponer de una hacienda bodeguera para el tiempo libre, sea cual sea la elección, será la acertada. Una oportunidad así no se puede dejar escapar. Solo 30 propietarios serán los afortunados que podrán acceder a este paraíso en la Tierra.
Además de una hacienda bodeguera con las máximas calidades y un diseño propio de líneas clásicas y vanguardista en un mismo lugar, The Wine & Country Club ofrece mucho más. El servicio de client conciergees una figura clave. Un servicio siempre presente, atento, discreto y capaz de adelantarse a las necesidades de los propietarios.
El broche final lo pone La Melonera, bodega propulsora del proyecto, que, además, facilita a todos los residentes la elaboración del vino en sus instalaciones y con la compañía de su equipo enológico propio.
Un detalle más, los huertos orgánicos dirigidos por Véronique Gladstone le dan el punto más veggie a The Wine & Country Club.