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¿Por qué se conserva el vino en barricas de madera?
Ago 13, 2021

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wineblog

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La historia de amor entre el vino y las barricas de roble

Los expertos no tienen dudas, la madera es el mejor conservante del vino por diversos motivos. En los inicios, el vino se transportaba en pellejos o ánforas hasta que descubrieron que para realizar trayectos de tantísimos kilómetros eran mejores las barricas de madera. Luego, tras probar distintos tipos de maderas -acacia, castaño, cerezo, roble- observaron que este último, el roble, era el que más respetaba y beneficios aportaba al vino.

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Así fue como comenzó la historia de amor entre el vino y las barricas de roble.

Pero también son importantes otros aspectos como el tamaño. Las barricas de tamaño medio son ideales ya que permiten un equilibrio perfecto en el intercambio de matices entre el vino y la madera. En cuanto a la tipología de roble, hay que destacar que existen variedades (español, francés, americano…). La edad del roble también es significativa, cuanto más joven sea la barrica, más componentes aromáticos aportará. Y, por último, su conservación, es importante que esté casi siempre, durante toda su vida útil, llena.

Qué efectos produce la barrica de roble en el vino  

 

En cuanto al envejecimiento del vino, las barricas de roble contribuyen a su mejoría por dos motivos principales:

La autoclarificación

El sistema a través del cual las impurezas del vino se posan en el fondo de la barrica. Ante la inmovilidad de las barricas, el vino se va limpiando poco a poco.

 La microoxigenación

Este proceso consiste en la absorción por parte del vino de oxígeno, de tal forma que se va oxidando de forma controlada. Hay unos poros muy pequeños que son los que favorecen esta entrada de oxígeno controlada. La incorporación del oxígeno estabiliza el color y aligera la astringencia.

Otros beneficios que le aporta el roble al vino son su resistencia y su sabor. Su conservación en este material provoca constantes cambios químicos en la composición del vino, pero que para nada son nocivos. No solo porque su estructura se convierte en una más compleja a la par que sus taninos más duros se suavizan, sino porque gracias a la madera de roble un vino va ganando sabores y aromas sutiles.

El resultado de almacenar vino en barricas de roble es el aporte de matices tan significativos como la canela u otras especias, la vainilla o el caramelo. Más sabor al vino que ayuda a redondearlo y enriquecerlo. En definitiva, la madera va a aportar al vino nuevas sensaciones aromáticas, sápidas y táctiles.

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Cómo conservar las barricas de roble

 

El mejor consejo es que una barrica nunca esté vacía, el motivo es que cuando está llena, la madera se hincha y se cierra herméticamente comenzando así la contribución de todos los beneficios.

Cuando se vacíe para la extracción del vino, debe aclararse con agua y desinfectarse con anhídrido sulfuroso, como la forma más común, aunque existen otras técnicas.

Las barricas pueden experimentar una segunda vida y no existe inconveniente en utilizar de segunda manoya que aportará cualidades parecidas a las del roble nuevo.