Vivir en Ronda tiene un aura especial. Pero hacerlo además en The Wine & Country Club es sinónimo de una exclusividad natural solo al alcance de unos pocos privilegiados. Una vez tomas el camino que lleva hasta The Wine & Country Club empiezas a sentirte diferente y singular. Entras en el reciento, saludas a quienes velan por tu seguridad y privacidad y accedes por el camino para propietarios hasta tu hacienda bodeguera, La Caldera.
Dejas la bodega y el Club a la derecha, continuas hacia delante y tomas el camino hacia la izquierda, pues la siguiente entrada es la de tu maravillosa finca en Ronda. ¿Quién te lo iba a decir hace tan solo unos meses, verdad? Pero fue visitar este paraje y quedarte completamente prendado de él y de sus posibilidades. Fue fácil imaginarte —imaginaros— viviendo aquÃ. No te costó hacerte a la idea de pasar largas temporadas en una residencia asÃ, disfrutando de la naturaleza y aprendiendo de ella.Â
Tomas el camino de entrada y rodeas el formidable viñedo hasta llegar a la puerta de casa. La vista desde ahà es simplemente impresionante. Agradeces la suerte que tienes cuando bajas del coche y tu vista alcanza a vislumbrar todo lo que rodea a La Caldera: maravillosas encinas centenarias que salpican parte de la ladera, olivos rondeños que siluetean el camino hasta la piscina y una extensión de viñedo nada desdeñable que se ha convertido en el niño de tus ojos. Y todo ello flanqueado por las imponentes Sierra de las Nieves y Sierra de Grazalema.Â
Decir que este paisaje es único es una obviedad, aunque no por ello es menos real. Este entorno es un regalo y poder disfrutar de él desde tu hacienda bodeguera, una auténtica delicia.
¿Cómo es tu hacienda bodeguera?
Subes los escalones que llevan a la entrada de casa, vigilada diligentemente por una agrietada encina. Los surcos en su tronco cuentan una historia maravillosa, la de una encina centenaria de la dehesa rondeña que ha sido cuidadosamente integrada en el paisaje de The Wine & Country Club. Es por ello que, al construir tu hacienda bodeguera, la entrada se planeó respetando el árbol, convirtiéndolo asà en parte vital de esta hacienda.
La construcción, de un blanco inmaculado, parece diseñada especÃficamente para mantener el ritmo de este paraje único. Alzada en dos niveles, la planta calle alberga la vivienda al completo, mientras que el sótano —inusualmente luminoso gracias a un planeamiento soberbio— descubre tu propia bodega, entre otras estancias.
La Caldera tiene tres dormitorios, a cuál más bello. Dormitorios que se convierten en auténticos remansos de paz, donde descansar y despertar es todo un privilegio. Tienes la fortuna de amanecer a diario en uno de ellos y que la ducha mañanera se torne un auténtico spa balinés. El uso inteligente del vidrio y el metal en la zona de baño aprovecha al máximo la exuberancia del paisaje, creando una sensación de exterior en el interior que se repite en todas las estancias.
El salón es una de las joyas de La Caldera. Amplio y a la vez acogedor, está exquisitamente diseñado en tonos neutros y cálidos, que lejos de ser aburridos aportan relajación y sofisticación. Toda una pared es acristalada, dando paso a diversos porches que escoltan la hacienda. Una imponente chimenea preside la estancia y hace las delicias de todos en los meses más frÃos.
El salón de verano o gran porche exterior es sin duda tu estancia favorita. Reconozcamos que entra por los ojos nada más verla y es que contar con una zona de estar exterior que se pueda usar tanto en verano como en invierno es un lujo al alcance de muy pocos. El clima excepcional de Ronda lo propicia y el maravilloso diseño de este porche pone la guinda. Se trata de un espacio idóneo tanto para compartir con amigos en largas veladas estivales o disfrutar en soledad, con un buen libro, al calor de la chimenea exterior.
La vida en La Caldera   Â
Venir a vivir a The Wine & Country Club ha sido una elección de calidad de vida. La Caldera, tu hacienda bodeguera en Ronda, se ha convertido en tu refugio, un oasis de privacidad en plena sierra rondeña.
La vida aquà es disfrutar de tu propia finca, una extensión extraordinaria de la vegetación más exuberante de la SerranÃa —algunas especies vegetales únicas en el mundo— con todas las comodidades que te facilita estar asistido por el Club. Es tener la capacidad de olvidarse de todo aquel trabajo arduo que conlleva el campo y, a la vez, poder disfrutar de él con la implicación que desees: interesarte por la evolución de tus viñedos junto a Ana, la enóloga de la bodega; conocer las distintas variedades de tomates que tienes plantadas en tu huerto orgánico; descubrir el ciclo de la naturaleza, el paso de las estaciones junto al personal del Club…
En definitiva, vivir en The Wine & Country Club es hacerlo con un ritmo de vida privilegiado en conjunción con un entorno sin igual.