Llegaste a The Wine & Country Club y pensaste, ¿y ahora qué? Pues ahora comenzaste a vivir tu nueva vida, esa que se encontraba amparada bajo lo que descubriste como slow life. La corriente slow no es más que vivir el día a día de nuestras vidas de manera más pausada y consciente. Todo un planteamiento vital que permite ser más feliz y disfrutar más del tiempo.

Los beneficios de esta práctica, que no es más que bajar el ritmo en el día a día, son muchos y variados: mayor salud física y mental, más vitalidad y energía, mejora de las relaciones familiares y sociales, mayor productividad… Pero cuando nos ponemos a ello, no sabemos por dónde empezar.

Ya hablamos de cómo podría ser tu vida en el Club, todo lo que te ofrecía y lo fácil que sería adaptarte a este nuevo modo. Pero nunca están demás los consejos para exprimir al máximo tu renovado tiempo libre.

Cómo llevar a cabo tu nueva slow life

Detenerse, bajar el ritmo, observar las pequeñas cosas cotidianas siendo consciente del momento presente no es tarea sencilla. 

Ni tampoco significa embarcarnos en una ociosidad permanente, pura procastinación, ni mucho menos. Tampoco tiene nada que ver con que realicemos nuestras tareas diarias cotidianas más despacio, tiene más que ver con concentrar nuestra mente en lo que hacemos en cada momento, sin que interfieran ni pasado ni futuro.

Una de las primeras prácticas que podemos poner en marcha, que además The Wine & Country Club es el escenario idóneo para llevarlas a cabo, es la meditación y el mindfulness unidos al yoga. La realización de cualquiera de estos ejercicios, y mejor si se hacen juntos, es que benefician y predisponen la mente al hecho de ser conscientes del momento presente. 

La naturaleza es otra de las arterias que van de la mano con la slow life. Se trata de un ambiente que siempre invita a desconectar y bajar el ritmo, por ello es importante poder contar con un pedacito de naturaleza cerca. The Wine & Country Club también te ofrece esta parte tan importante, muy cerca cuentas con toda la Serranía de Ronda, perfecta para las escapadas al campo, trekking, monte, la opción que prefieras.

Las cenas en la terraza de tu hacienda bodeguera con amigos y familiares favorecerán el fortalecimiento de las relaciones personales, otro punto destacado de quienes viven inmersos en este estilo de vida sosegado.

Quienes más saben de esta filosofía de vida saben que no se trata únicamente de bajar las revoluciones. Es toda una filosofía la que hay detrás del modo slow, que se aplica también a la alimentación y el modo de consumo. Es preferible acudir al pequeño comercio, a los productores locales e incluso contar con tu propio huerto ecológico y cultivar tú mismo lo que comes. 

Practicar la desconexión tecnológica también forma parte de este modo de vida. Entendamos la desconexión como un uso razonable de ésta, sabiendo en qué momentos es necesario llevar acabo un détox tecnológico y en qué momentos la tecnología nos facilita la vida, haciéndola más simple y sencilla. No depender de ella ni estar continuamente comprobando el móvil o el correo electrónico, ahí está la clave.  

El orden favorecerá que alcances la plenitud de una vida lenta. Y es que el orden tiene efectos directos sobre la tranquilidad y el relax. Una vida ordenada, basada en ciertas rutinas, aunque con flexibilidad.

¿Has escuchado alguna vez el silencio? Pues empezar a hacerlo también forma parte de aprovechar al máximo tu slow life.