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“Vivir en The Wine & Country Club no es vivir, es disfrutar”
Feb 9, 2021

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wineblog

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vivir espacio natural

Copyright image: «Tshirt Superstar – Music«

Nos reciben todas las tonalidades de verde imaginables, nos llega una mezcla del aroma de azahar y biznaga y, ante nosotros, se abre un espectacular viñedo donde la vista se pierde intentando llegar al final. Estas son las primeras sensaciones que percibimos al entrar en la hacienda bodeguera de Íñigo en The Wine & Country Club. Este es el innovador proyecto que ha impulsado un cambio en su vida, estableciendo para todos sus residentes un estilo de vida basado en el bon vivre.

Un paraje inigualable, como es la ciudad malagueña de Ronda, y un concepto residencial único, nunca visto en el sur de Europa. Un lugar donde sus residentes forman parte de algo mayor, algo más grande. Una hacienda bodeguera que disfruta de un viñedo propio y de todas las comodidades posibles gracias a los servicios que provee el Club. “Nunca imaginé que vivir en un sitio así fuera posible y, lo mejor, es que no he tenido que irme muy lejos para encontrarlo”, así comienza Íñigo a compartir con nosotros su vida en The Wine & Country Club.

Varias hectáreas de superficie —las fincas suelen tener entre 5 y 7 hectáreas— en las que Íñigo ha iniciado una nueva vida. “Como veis, mi nuevo hogar está a caballo entre lo exclusivo y lo mundano, siendo este el entorno natural más puro que te puedes encontrar”. Una vez sentados en el porche de su hacienda, nos cuenta con más detalle cómo fue el camino hasta llegar a The Wine & Country Club.

Un puesto de máxima responsabilidad en una de las energéticas internacionales más destacadas no le dejaba tiempo para disfrutar de nada, ni familia, ni amigos, ni de sí mismo. “Tenía mi residencia base en Madrid, pero la realidad es que viajaba tanto que me hubiera dado igual vivir en otro sitio, la mitad del tiempo no disfrutaba de mi casa y, además, ya sabemos cómo es la vida en una ciudad como Madrid”.  

 

 

Dar el paso no fue sencillo. “Cuando llevas el ritmo de la ciudad dentro, es difícil empezar a ralentizar”.

“Disfruto mucho del mundo del vino. Tanto a mi mujer como a mí nos encanta charlar en torno a una copa de tinto e incluso recuerdo en un viaje a California haber hecho una visita a los viñedos del valle de Sonoma. La enología está muy presente en nuestras vidas y es una afición compartida.” Entendemos perfectamente que este concepto de haciendas bodegueras les sedujera.

Cuando le preguntamos sobre cómo descubrió realmente The Wine & Country Club, se ríe. “No te lo creerás, pero todo empezó una noche cuando revisaba mis redes sociales, en concreto Instagram. Es una red que me gusta y reconozco que me inspira en muchas cosas. Ahí estaba de repente una publicación sobre The Wine & Country Club. Era un pequeño video, muy corto, pero suficiente para llamarme la atención y entrar en el perfil para ver el resto de las publicaciones. La forma en la que explicaba lo que era la vida allí, la naturaleza, el vino… me tocó profundamente”.

Según nos sigue explicando Íñigo, aquella noche vio cada una de las publicaciones, se metió en la página web y se apuntó en la agenda llamar al día siguiente. Algo había cambiado en su interior, sentía que se trataba de una oportunidad única y decidió no dejarla pasar. “En casa nos gusta pensar que The Wine & Country Club nos eligió, que no fuimos nosotros. Veo multitud de contenido en redes a diario, publicidades en periódicos, y fue precisamente esa noche cuando sentí que aquello estaba hecho a mi medida”.

“La visita a la finca fue completamente decisoria. Sentí que formaba parte de este proyecto”. Y es que Ana, la enóloga, habla del campo, de las vides y de la dehesa de una forma envolvente. Es imposible no dejarse llevar por este ritmo, este entorno. “La magia de Ronda te hechiza de verdad. Estando aquí sientes que perteneces a este lugar, respiras su historia”.  

Unos meses después, Íñigo y su familia se instalaban en The Wine & Country Club, deseosos de comenzar a vivir su vida de otra forma. Más plena, más consciente y, sobre todo, disfrutando de todo lo que la vida aún tiene que ofrecer.

 

La vida en The Wine & Country Club

 

“Los primeros días fueron casi como si estuviéramos de vacaciones en un hotel en mitad de un viñedo. Era esa sensación de no creerte que esto pueda ser tuyo, que esté pasando realmente” comenta Vega, la mujer de Íñigo. “Desayunar en el porche, trabajar frente a un ventanal observando los viñedos, dar un paseo a caballo entre las encinas al finalizar el día. ¿No me digas que no es idílico?”.

“No se trata de dar un giro de 360º a tu vida. No es que haya dejado mi trabajo para dedicarme a la vida contemplativa en el campo, no. Ambos seguimos trabajando, tenemos la suerte de poder hacerlo en cualquier lugar. Yo sigo viajando, menos es cierto, pero sigo con mi vida. Simplemente, he hecho pequeños (grandes) cambios”.

Y es que esto que dice Íñigo nos parece importante. “El verdadero cambio ha sido aprender a bajar el ritmo —cuando es posible— y, a diferencia de en Madrid, hacerlo en un entorno único, donde poder conectar realmente con nosotros mismos” apunta Vega. 

Íñigo y Vega escogieron una vivienda contemporánea, con espacios que fluyen entre sí. “Trabajar directamente con profesionales de la talla de Torras y Sierra ha sido una experiencia gratificante. Hacernos parte de esto, implicarnos hasta tal punto en el diseño de nuestra hacienda ha sido verdaderamente un lujo”. Y es que los residentes en las viviendas con viñedos de The Wine & Country Club tienen la opción de trabajar mano a mano con uno de los estudios de arquitectura más reputados.

La conversación gira ahora sobre Ronda y Málaga, el enclave en el que han decidido echar raíces. “Conocíamos Málaga, por supuesto, pero de otra forma, como de paso. Ahora es distinto, nos sentimos ya como uno más”. Además, la corta distancia entre The Wine & Country Club y Málaga o Marbella, incluso otras ciudades del sur hacen de este lugar una ubicación estratégica para la vida cotidiana. “Aquí lo tenemos todo: cultura, ocio, deportes, el mar… No podemos imaginar un lugar mejor”.

Seguimos sentados en el porche, observando la dehesa y los viñedos mientras empieza a caer la tarde, charlando con Íñigo y Vega y no nos imaginamos mejor lugar para vivir que The Wine & Country Club.