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Vive la Navidad en tu propio viñedo
Dic 25, 2020

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wineblog

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vivir espacio natural
enólogo

I’m dreaming of a white Christmas, just like the ones I used to know… Michael Bubblé pone ambiente mientras en familia recopiláis los adornos de Navidad. Ha llegado la hora de vestir tu hacienda bodeguera con el mejor espíritu navideño. No pasaréis unas blancas Navidades (a no ser que el tiempo os dé una sorpresa) pero lo que es seguro es que pasaréis vuestras primeras Navidades en The Wine & Country Club y serán unas fiestas de ensueño.

De momento, el instante bien merece parar y tomar nota de él. Hacer una fotografía mental y guardarla en el cajón de los recuerdos más íntimos.

Las niñas, emocionadas, están sacando y ordenando cada uno de los adornos navideños que guardáis. Muchos de ellos tienen historia. Y es que en el fondo sois una familia de tradiciones —no todas, pero las más especiales sí—. Hay adornos de cuando tú eras pequeño, recuerdas haberlos visto en el árbol que embellecía inadvertido el rincón de aquel piso pequeño —o al menos eso te parecía, con tanta gente como había—. Otros ornamentos tienen una historia más reciente pero igualmente emotiva. Algunos pertenecen a las primeras Navidades de las niñas. Otros, a momentos especiales de vuestra vida: viajes, personas, lugares comunes que crean un vínculo irremplazable.

Como decía, las niñas ordenan los adornos mientras tu mujer y tú empezáis a decorar la chimenea. La casa tiene una temperatura idónea, la música ambienta a la perfección —Michael Bubblé, lo había dicho ya, ¿no? — y mientras lleváis a cabo este arduo trabajo, disfrutáis de una copa de vino.

La chimenea está encendida, de ella ya cuelgan los calcetines que comprasteis en un viaje a Colmar, un pueblecito de la Alsacia francesa que es como encapsular la Navidad en un frasquito, y el horno empieza a desprender un maravilloso aroma a galletas recién hechas.

 

Un viñedo, una casa y unas fechas muy especiales

 

Si el interior de la casa es una postal de cuento, el exterior no lo es menos con ese brillo especial. Coges la manta de cahsmere que reposa sobre un brazo del sofá y sales un momento al porche. Empieza a oscurecer y se nota el cambio de temperatura, pero merece la pena pasar un poco de frío por ver el espectáculo que se proyecta delante de ti. La Serranía de Ronda, con su majestuosidad, se levanta en el horizonte. La dehesa, con sus olivos y encinas milenarias, aparece como un manto suave ante tu mirada. Y el viñedo — ¡Ay, el viñedo! —a los pies de tu hacienda, es la razón por las que estás aquí.

Hace un año no hubieras imaginado que estarías pasando la Navidad, estas fechas tan especiales, en tu propia hacienda bodeguera. Ni que habrías vivido ya una vendimia, de la que saldría tu propio vino. Ese que estáis ahora degustando mientras colocáis los adornos.

Miras hacia dentro y tu mujer, que lleva un rato observándote, levanta su copa hacia ti en señal de brindis.

Navidad en The Wine & Country Club

Llega el momento de sentarse en torno a la gran mesa de comedor, pensada para albergar a toda la familia y a las amistades, tanto antiguas como nuevas. Es un año de cambio, de estrenar una nueva vida, pero algunas cosas —pocas —nunca cambian. El asado, en su punto, sobre la mesa. Los abuelos, tan necesarios siempre, junto a vosotros por fin.

Y con el postre, llega el momento de brindar. Te levantas, alzas tu copa y das gracias a todos por estar ahí. Por haber hecho lo posible para estar juntos. Das gracias por este año, por tener una familia que te ha acompañado de buena gana en esta aventura. Ellos se enamoraron igual que tú cuando vieron este sitio por primera vez, por lo que no te hizo falta convencerles demasiado. Das gracias por la naturaleza, por contribuir a su cuidado ahora más que nunca. Gracias por disponer de un hogar como el que tenéis. No solo desde el punto de vista más material, tu maravillosa vivienda en The Wine & Country Club, sino por el hogar que habéis formado aquí.