Sevilla para nacer.
Granada para morir.
Málaga de mis amores,
¡cómo me acuerdo de ti!
Cádiz es un blanco pañuelo
y un suspiro en la bahía.
Huelva es fandango y bandera
de Aracena y Punta Umbría.
Córdoba es mora y cristiana,
puente de San Rafael.
Almería y sus parrales.
Olivares de Jaén.
Quien reniega de su tierra
debería ser castigado.
Mi orgullo es ser andaluz,
por todos los cuatro costados.
El amor de mis amores,
lo que más quiero en la vida,
y ésta es mi tierra señores
y se llama Andalucía.
Sevillana El amor de mis amores
Letra de Gabriel Hurtado Díaz y música de Alonso Pavón.
Las letras de la música más popular de Andalucía no podían expresar mejor los sentimientos hacia una tierra que ha visto pasar por sus más de 87.000 kilómetros cuadrados gran variedad de culturas. Griegos, fenicios, romanos y musulmanes, Andalucía ha sido hogar de quienes han dejado su impronta en sus calles, edificios y reliquias arquitectónicas, algunas tan valiosas como la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. Tanto es su valor, que el último de estos monumentos ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1984.
Una región con dos de las ciudades más antiguas de Europa — Cádiz y Málaga —con tantas culturas, luchas y legados, es imposible que no despierte curiosidad. Pero el sur, junto a su magnífica historia, ofrece otras muchas características que le llevan a ser una de las zonas más codiciadas para vivir en el sur de Europa.
Sin duda, disponer del mejor clima, con más de 300 días de sol al año y unas temperaturas suaves y equilibradas, sitúan al sur en el top de la lista. La Costa del Sol, con sus más de 800 kilómetros de arena limpia que bordean el territorio desde Huelva a Almería, aglutina algunas de las mejores playas de España, tanto en calidad como excelencia. Por algo Andalucía es la comunidad en la que se encuentran más playas con la afamada bandera azul que marca su calidad medioambiental y turística.
La gastronomía, otro punto fuerte que no deja indiferente a nadie. Una sucesión de recetas marcadas por unas materias primas de altísima calidad: el aceite de oliva, los frutos secos, los pescados y las carnes. Eso, para los entrantes y principales, mientras que los dulces andaluces tienen una gran influencia andalusí, fruto de la época árabe.
¡Imposible escoger un favorito!
Las aceitunas aliñás y su proceso de machaque y maceración en distintos ingredientes y especies, se convierten en el aperitivo de cabecera en el sur. Gazpachos, salmorejos y ajoblancos son los entrantes habituales del verano, mientras que unas buenas migas calentitas hacen las delicias del invierno andaluz.
El cazón en adobo — un tiburón pequeño que se corta en dados y se deja 8 horas marinando en agua, vinagre de Jerez, y diversas especias —y el atún de Almadraba son los pescados estrella. ¿Y el postre? Los polvorones y mantecados, que nacieron en Málaga, son excelentes en cualquier época del año.
¡Bon appétit!
Ronda, la magia de vivir en Málaga
Y de toda la magia que desprende el sur, Ronda es, sin lugar a dudas, la joya de la corona. Una ciudad que aúna el legado histórico y el misticismo que la rodea con un paraíso natural, con su propia Serranía, en la que se respira vida, autenticidad, paz y un sinfín de emociones más.
Ronda, la ciudad soñada. Situada en las alturas, con su puente a prueba de vértigo, Ronda deslumbra desde primera hora del día con sus amaneceres impactantes hasta sus puestas de sol bañadas por la luz rojiza de los últimos coletazos del día. Un lugar para perderse entre sus calles empedradas, en la que sentirse pequeño ante la inmensidad de lo que te rodea, y grande a su vez por lo mismo, y es que observar la perspectiva que ofrece la ciudad hace que uno se sienta poderoso ante la idea de vivir allí.
Ronda es, en definitiva, el lugar idóneo donde la apuesta es dejarse ir, y ver qué te depara el camino.